Enrique Viaña es Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de
Castilla-La Mancha, ha sido asesor durante muchos años de CCOO y destaca por
sus posiciones progresistas y de izquierda que une a sus propuestas académicas
e investigadoras, divulgadas con éxito a través de su Blog "killer
cost", altamente recomendable. En esta entrada, que reproducimos de su
Bitácora, se dibujan algunas de las ideas del autor sobre las negativas
consecuencias de las decisiones económicas del Gobierno.
Cualquiera hubiera dicho que, con los antecedentes de meses atrás, enero de
2013 iba a ser un «mes negro» para la economía española. Sorprendentemente,
está resultando, en cuanto a expectativas a muy corto plazo, el mes más dulce
desde hace años. Sin duda alguna, hay una operación mediática detrás. El
gobierno Rajoy, que tomó posesión en diciembre de 2011 pavoneándose de que iba
a devolver la confianza a los mercados ipso facto, se encontró en pleno verano
con un aumento brutal simultáneamente del paro y de la prima de riesgo. Ahora,
aprovecha con desesperación cualquier dato favorable para dibujar un cuadro
«esperanzador», que permita al presidente repetir su manoseado mantra: «2013
será un año duro, pero a fines del mismo y con toda claridad en 2014 se
reiniciará el crecimiento». Y lo cierto es que datos favorables no han faltado.
La balanza comercial, sobre todo, ha mejorado notablemente; gracias a la
reforma laboral, que ha facilitado la necesaria devaluación interna, lo que a
su vez ha mejorado la competitividad, según se nos dice. También contribuye la
reforma bancaria, con el rescate pactado en junio y efectivo desde diciembre,
que está devolviendo cierta confianza a los mercados en nuestro sistema
financiero, considerado hace un año el más problemático del mundo. En conjunto,
esos factores (no hay mucho más) han ayudado a mejorar el clima de las subastas
de deuda pública, y consiguientemente a reducir la prima de riesgo, con lo que la Unión Europea y el
Banco Central Europeo, deseosos de quitarse el peso muerto de la crisis
española de encima, han echado las campanas al vuelo. Merkel insiste en que la
crisis de deuda soberana no está resuelta, pero su voz como que se oye menos en
estas fechas. El Wall Street Journal alaba la diligencia del gobierno español y
dirige los tiros de los mercados contra Francia. Bien, ésta sí que está siendo
una cuesta de enero dulce para el gobierno, que no para los ciudadanos.