El yacimiento de Vaca Muerta, principal protagonista
de la expropiación de Repsol, es fundamentalmente de lo que se conoce como shale
gas, gas de pizarra o gas de roca madre. En efecto, se trata del mismo tipo
de gas que ha revolucionado la industria del gas natural en EEUU. A finales de
2011 se anunció un proyecto de exploración para un yacimiento de este tipo en
el País Vasco. Aún está por demostrar que se pueda explotar shale gas
respetando el medio ambiente (a precios actuales), y también está por demostrar
que la euforia que se ha desatado en EEUU con el shale gas vaya a ser
sostenible (técnica y comercialmente) a largo plazo. Otro factor a tener en
cuenta cuando se habla de shale gas es que las condiciones geológicas,
económicas, de infraestructura, propiedad de la tierra y los recursos
minerales, disponibilidad de agua, acceso a maquinaria y a personal
especializado, entre otras, que se han dado en los EEUU se puedan reproducir en
otros lugares del mundo.
Es cierto que la perforación horizontal y la
fracturación permiten incrementar el rendimiento en la extracción de petróleo,
algo que se lleva haciendo muchos años, y que estas tecnologías han permitido
extraer el shale gas, que antes era inaccesible. Sin embargo, estos
cambios no han de ser necesariamente tan revolucionarios como algunos dicen.
Las condiciones que han permitido el desarrollo del shale gas en Estados
Unidos no se van a repetir en otros enclaves geográficos. En primer lugar,
no se dispone ni de la infraestructura gasística ni de la masiva
industria de hidrocarburos que hay en EEUU. En segundo lugar, la geología de
los depósitos de los EEUU, favorable para la extracción, no tiene por qué repetirse en otros lugares
del mundo, y de hecho lo más probable es que no lo haga. Y por último, la completa falta de
control medioambiental sobre la industria del shale gas en EEUU,
reflejada en el documental Gasland y denunciada por numerosas
organizaciones medioambientales, no existe en otros países, al menos en Europa.
Hablamos de masiva contaminación de acuíferos en zonas densamente pobladas, y
fugas de gas hacia pozos de extracción de agua para consumo humano, hasta el
punto de que el agua de las granjas cercanas a los sondeos de gas se vuelve inflamable
por el alto contenido en hidrocarburos. La industria petrolera estadounidense,
con la excusa de la independencia energética, ha campado a sus anchas con la
connivencia de las autoridades. De hecho Halliburton, de la que Dick Cheney fue
vicepresidente, es la propietaria de las patentes de varias técnicas y
compuestos del fracking.
¿Permitirán los hidrocarburos no convencionales
alargar nuestra dependencia de los combustibles fósiles, retrasando el pico del
petróleo o peak oil? No significativamente, las estimaciones de recursos
disponibles en el futuro ya incluyen en cierta medida las mejoras tecnológicas
que aumentan los porcentajes de reservas recuperables económicamente. Otro
detalle a considerar es que el gas natural es básicamente metano, que provoca
más o menos veinte veces más efecto invernadero que el CO2. Recientes
estudios apuntan a que debido al metano que se escapa durante el proceso de
perforación, extracción y procesamiento del shale gas y del coal bed
methane o gas de capa de carbón, las emisiones del ciclo de vida completo
del gas no convencional superan incluso a las del carbón, de modo que se anulan
las credenciales limpias del gas natural proveniente de estas fuentes en cuanto
a emisiones de CO2.
Respecto a Vaca Muerta y los hidrocarburos no
convencionales la cuestión es que aún no está claro si las reservas se pueden
evaluar usando los criterios habituales de los depósitos de gas y petróleo
convencionales. Unos dicen que sí y otros que no. Lo más probable es que no y
que el shale gas vaya a ser una burbuja. Los técnicos son más cautos en este
tema y los financieros son más entusiastas. La cosa es que hay un montón de
peces (gas) en ese mar (el de los no convencionales). Si se pueden pescar con
las mismas cañas que se usan para los peces de toda la vida (depósitos
convencionales), aumentarán las reservas y se hará negocio. Si no, que es lo
más probable, se hará un poco de negocio pero no será para tanto.
En términos puramente especulativos, Repsol podría
haber aprovechado la euforia respecto al shale gas y vender el
yacimiento de Vaca Muerta y que el riesgo de saber si es explotable
eficientemente lo asumieran otros. Parece que es lo que planeaban con Sinopec,
ya que China desea asegurarse el suministro de petróleo y gas natural. Lo que
no les falta a los chinos es capital y están dispuestos a pagar un sobreprecio.
Pero el gobierno argentino se adelantó y expropió Repsol con la intención,
podemos suponer, de asegurar el desarrollo del yacimiento de Vaca Muerta en
lugar de su uso especulativo.
Francisco Sánchez-Vizcaíno.
Ingeniero de Minas. Consultor en Energía y
Recursos Minerales
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