EL 25M. Por un análisis detenido para la orientación de toda izquierda Unida. Por Carlos Gutiérrez.
Como era de esperar, cumpliendo un ritual ensayado
y apenas acabado el recuento de las urnas, se iniciaba el carrusel de
declaraciones de los candidatos y portavoces. Los ganadores, no todos, anunciando un nuevo tiempo a partir de su
triunfo y los otros –los castigados por la voluntad de los votantes-, rebajando la dimensión de su retroceso a
partir de datos y razones siempre bien
escogidos. Tampoco todos en esta ocasión.
Por la brecha abierta por esas primeras
declaraciones se internan luego la legión de comentaristas, analistas y
tertulianos (estos de enhorabuena dada la cotización que su papel ha alcanzado en estos comicios en la figura
de varios colegas).
Y finalmente, pero nunca los últimos,
dirigentes de partido y cargos públicos, en fase de jubilación o que pelean
duramente por su ascenso en el organigrama interno o por su inclusión en las
próximas listas, aciertan también a
colocar en los medios su “mercancía”: su análisis de lo sucedido y, por
supuesto, de lo que ahora debe hacer su propio partido que, evidentemente y de manera
sospechosa, siempre coincide con la
posición que viniera manteniendo el susodicho previa a la celebración de las
elecciones de que se trate.
A todo esto ya estábamos acostumbrados. No
le prestábamos mucha atención. Con pocas semanas, a veces días, se iba
diluyendo y no quedaba apenas nada de ese nuevo tiempo anunciado, de los
atenuantes del fracaso propio ni del tan interesado como superficial consejo del político a su
partido.
Pero en esta ocasión, junto a alguna otra
diferencia de calado (la dimisión de alguien siempre nos llama la atención en
este país), a poco que lo pensemos, quienes estamos comprometidos con la
izquierda podemos encontrar algo
realmente original: ganar y en cambio parecer que se ha perdido.
Sí, claro, me refiero a IU.
Sé que es con la más loable de las
intenciones –impulsar la victoria definitiva de la izquierda toda en las
elecciones de dentro de un año y poner así final a este ciclo de
empobrecimiento de la mayoría social- pero se me ocurre que, en los análisis y
artículos de algunos compañeros y hasta dirigentes, se da por natural y hasta escaso el resultado
que Izquierda Unida ha alcanzado en estas elecciones del 25M. Es un error.
Basta con ver los resultados de los componentes del Partido de la Izquierda Europea
han logrado en otros países. Incluso en países rescatados de verdad. En ninguno
se ha multiplicado por tres los votos, el porcentaje y los diputados electos
como en España.
Siempre les queda Syriza, claro. Pero su
éxito, que es de toda la izquierda, no puede leerse fuera del vía crucis social
de Grecia en esta crisis (solo
equiparable con el nuestro desde la demagogia más pedestre) y las
características de su entramado institucional y de partidos. Es la excepción y
no la regla.
Nada será posible (ni siquiera entendernos)
sino es a partir de cierta honestidad en el reconocimiento, sin subterfugios ni
medidas palabras, del gran avance y reconocimiento social del proyecto y el
discurso de Izquierda Unida que significan
los resultados de las elecciones recién celebradas. Aunque no se compartan ni
el proyecto ni el discurso. Ni la candidatura.
En cambio se contemplan los resultados
–espectaculares nadie lo discute- de Podemos, o sea de Pablo, con un
papanatismo acrítico que descarta siquiera analizar el papel de cadenas
privadas en la construcción y éxito del personaje o los mensajes de populismo
descarnado que también se cobijan con gran protagonismo en el discurso de la
revelación de estas elecciones.
Así no vale. Así nadie nos vamos a creer
las recetas que luego se proponen (las
mismas, por otra parte, que los mismos propusieron en 2011 y 2009) y que se presentan como conclusión de un
análisis inexistente lleno de obviedades y falto a de siquiera un amago de
rigor.
Y ya puestos, ¿alguno de estos compañeros
considera posible cualquier mayoría alternativa a la derecha austericida sin contar con
cierta recuperación electoral del espacio socialista amen, evidentemente, de su
reorientación política?
Evitar debates en falso y partir de lo que
nos es común, lo que compartimos, será
de gran ayuda para colectivamente afrontar, desde la fortaleza que nos dan los
resultados del 25M y la responsabilidad de derrotar al PP y las derechas, las tareas que tenemos por delante. Aunque
sea más lento.
Podemos empezar por analizar detenidamente
lo que los ciudadanos y ciudadanas han dicho este pasado domingo.
Carlos Gutiérrez.
Los resultados son muy buenos, teniendo en cuenta además que los medios condicionan mucho las tendencias políticas y que IU está muy silenciada por los medios. @VigneVT
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