El orgullo de militar
en Izquierda Unida
“Hay miles de relatos sobre
traidores de la izquierda
y pocos sobre quienes perseveran en la lucha”.
Belén Gopegui. “El comité de la noche”
Estoy orgulloso de estar afiliado a
Izquierda Unida desde hace veinte años y también lo estoy de ser concejal de un
pequeño pueblo de la Comunidad de Madrid, o lo que es lo mismo, cargo público
de esta organización que es mi organización.
Estoy orgulloso de ser lo primero
porque esta organización, mi
organización, más allá de sus deficiencias, dificultades y de algunos elementos
que se han aprovechado de su afiliación para su beneficio propio, Izquierda
Unida es hoy por hoy la única fuerza de la izquierda española y madrileña que
con el esfuerzo diario de sus militantes ha mantenido durante años una
oposición decidida al neoliberalismo y al bipartidismo ofreciendo a la clases
trabajadoras un proyecto político transformador de nuestra sociedad.
Estoy orgulloso de ser un cargo
público eso últimamente tan denostado por algunos, y ser lo de Izquierda Unida,
así como haber sido elegido para él como miembro de una formación política con
identidad propia, con un programa propio y con la cara descubierta y el orgullo
de decir quiénes somos, que pensamos y sin más ofertas electorales que las
elaboradas por nosotros, eso sí con toda participación ciudadana posible. Pero
sobre todo con el nombre de Izquierda Unida por delante. Sí en mi pueblo soy
concejal no lo soy por ser quien soy, sino por el esfuerzo de los compañeros de
la Asamblea y porque represento a Izquierda Unida, formación en la cual sus
votantes ha puesto su confianza.
Izquierda Unida lleva sufriendo
ataques de otras formaciones desde siempre, ataques que se agudizan cuando
crecemos y nuestras expectativas de voto aumentan. Ataques que suelen venir,
tanto de los partidos encuadrados en la ideología neoliberal, la derecha pura y
dura y la que, de hecho lo es aunque tenga la “O” en sus siglas, como de otros
que, de manera oportunista y/o populista, o aupados por quienes no quieren
vernos crecer. Pero si esto es lógico no lo es tanto, o nada, que desde
nuestras propias filas se desprestigie la labor de nuestra organización, que es
la de nuestros militantes y afiliados. No lo es que se ponga en cuestión
nuestra identidad como organización; identidad creada a través de los debates
en nuestras Asambleas Federales, Regionales y Locales, así como en sus
respectivos Consejos Políticos.
Y eso es lo que se está haciendo y
lo más grave es que se lleva a cabo por parte de compañeros que ocupan puestos
de dirección y que lo hacen de forma pública aprovechando sus contactos en los
medios de comunicación.
Mantener posiciones política en los
órganos por muy duras que estas sean, no sólo es legítimo, si no diría que
obligatorio para la riqueza del debate y, por lo tanto de las conclusiones del
mismo. Pero hacerlo fuera de la organización es algo más que deslealtad al
conjunto de los compañeros, olvidando que es gracias al esfuerzo de estos
ocupan esas responsabilidades orgánicas o de cargos públicos.
Y dentro de esto sitúo las
declaraciones de algunos de nuestros y nuestras compañeros y compañeras con
cargos de responsabilidad en le dirección de IU e IU CM cuando con ellas nos
quieren diluir en otras formaciones electorales, haciendo así desaparecer
nuestra identidad como organización política y social transformadora en aras de
un supuesto beneficio electoral –más bien electoralista-, olvidando que
nuestros crecimientos, aunque quieran presentarlos como derrotas, en las
últimas elecciones locales, autonómicas, generales y europeas, se han debido
precisamente a la firmeza de nuestra línea política en defensa de las clases
trabajadoras y de todos los afectados profundamente por la crisis; así como por
nuestras propuestas para una salida social de esa crisis.
¿He dicho lo olvidan? Rectifico, no
lo olvidan. Por ello, para terminar quiero decir claro que, a mi modesto
juicio, estas formas de actuar sólo pueden responder a ansias personales,
ineptitud o deseo de destruir Izquierda Unida, o a un conjunto de algunas de
ellas.
Y termino de verdad. Decía Don
Quijote: “…. querido Sancho; los obstáculos más
grandes, nuestras propias indecisiones;
nuestro enemigo más fuerte, el miedo al poderoso y a nosotros mismos; la cosa
más fácil, equivocarnos; la más destructiva, la mentira y el egoísmo; la peor
derrota, el desaliento;…”
José Ramón Mendoza
Concejal
de IU en Hoyo de Manzanares
Miembro
del Consejo Político Regional de IU CM
Yo si creo que converger, es positivo, sobre todo con los que se han incorporado a la lucha en los últimos años de crisis y aún no han llegado a la convicción de que el origen de todos los problemas que atraviesa la sociedad española tienen su origen, no en la corrupción, que también, sino en el sistema de producción capitalista que dejado a su propio albedrío produce crecientes desigualdades, miseria, destrucción de la naturaleza, etc. Pero también creo que los que, como IU, tienen un Programa que viene a recoger las consecuencias de ese análisis, no deben ocultar sus posiciones, ni jugar como hacen otros a decir que no somos de izquierda ni de derechas con fines electoralistas. Eso es engañar a la gente, engañarnos a nosotros mismos e impedir la evolución del nivel de conciencia anticapitalista de los que lucha.
ResponderEliminarJosé Ramón, gracias por este magnífico artículo.
ResponderEliminarAdmiro a la gente que estáis ne los pueblos y que mantenéis IU, muchas veces en condiciones muy adversas y en medio de la soledad politica y hasta de la incomprensión social, como sucede en ocasiones. Siempre estamos hablando de las ciudades y pocas nos veces nos acordamos del militante de pueblo, del concejal de pueblo... cuya labor no recibe el reconocimiento que merece. Por eso siento especial simpatía por los compañeros y camaradas de los pueblos. Son de lo mejorcito que tiene IU.
Por lo demás suscribo lo que dices.
Un saludo.