miércoles, 4 de febrero de 2015

Algunas reflexiones sobre la situación de IU. Aportación al debate en "Espacio Plural - Avanza por la izquierda"

ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA SITUACIÓN DE IU. APORTACIÓN AL DEBATE EN ESPACIO PLURAL-AVANZA POR LA IZQUIERDA.

La presente nota intenta ser una breve aproximación a la situación de IU aportando algunas ideas de cara a la reflexión general .

1.- La evolución de IU desde la IX Asamblea federal se distingue por la aparición de nuevas circunstancias en el panorama político español que ya no se corresponden con el tipo de diferencias estratégicas que, en mayor o menor medida, existían en esta organización en toda su trayectoria, haya habido o no acuerdos en cada momento en la elección de los órganos internos o en la formación de listas electorales.

El resultado de la X Asamblea federal, con lista única, supuso cerrar con una aparente homogeneidad de criterio el debate de fondo sobre una posible reorientación estratégica ante estos nuevos factores.

La prolongación de la crisis y su impacto en jóvenes generaciones, cuya irrupción en la acción política vino de la mano del 15M, puso en evidencia la brecha entre el formato de intervención y participación basado en partidos de izquierda-sindicatos de clase y las actitudes y tendencias emergentes.

La principal contradicción no parecía ser, en consecuencia, a los efectos del debate sobre las estrategias a seguir, si la crisis fortalecía o no la necesidad de asumir un discurso anticapitalista frente a otros más transversales, como ocurrió en la IX Asamblea, sino cómo traducir en apoyo a IU la reacción de una gran parte de la población en su forma de encarar políticamente la crisis.

2.- Organizativamente, el acuerdo de integración se saldó mediante la configuración de una dirección federal que pivotaba sobre el equilibrio entre dos tendencias fundamentales, y otras más o menos subsidiarias de ambas, pero menores.

Las diferencias más importantes entre estas tendencias no solo eran o son generacionales, sino que se situaban en el modelo de organización, en la forma de la acción política, y en las prioridades programáticas y de acción institucional.  Pero las más importantes, sin duda, son las de carácter teórico y analítico, de las que se derivan las primeras.

Un sector influido por ideólogos que sostienen la tesis según la cual ciertas categorías clásicas han dejado de ser políticamente funcionales, defiende y ha defendido una reorientación de IU a partir de una formulación que desecha para la acción política toda una serie de conceptos fundamentales del pensamiento de la izquierda. La división en clases de la sociedad, y el conflicto subyacente, se sustituyen por la esquematización entre los de arriba y los de abajo. La movilización se entiende a partir del uso de las redes y las nuevas tecnologías de la información. La participación se define sobre la desaparición de las estructuras de control democrático interno que se pretende reemplazar por el peso determinante de los hiperliderazgos. Las propuestas y la elaboración programática por la indefinición y la ubicación de mensajes o "relatos" en los medios de comunicación de masas, en especial en la televisión comercial. La apelación a la emocionalidad en los discursos políticos se convierte en impulso predominante frente al trabajo de elevación de la conciencia crítica y de clase. Sobre todo, no se determinan prioridades de gobierno en función de intereses sociales dispares y en conflicto. Pero de esa forma, entienden, será posible dejar atrás la condición minoritaria de IU para pasar a ser una fuerza ganadora que además sale al encuentro de las nuevas generaciones y de sus preocupaciones principales.

Otros sectores, dentro de la pluralidad general de IU, coinciden en señalar que las necesidades de aproximación a las nuevas realidades sociales que la izquierda sin duda debe abordar no hacen inservibles los ejes explicativos básicos  inscritos en el método y el marco ideológico de la izquierda transformadora, sino que demuestran su vigencia y validez, y no convierten en desechables los modelos democráticos de organización, por más que estos requieran de nuevos parámetros que ayuden a superar problemas reales de fosilización y de patrimonialización de estructuras y de representación institucional. El mantenimiento de la identidad de la izquierda es necesario para retener su anclaje social y político en la mayoría social trabajadora.

Las diferencias que se acaban de señalar presentan, por otro lado, una proyección territorial en las distintas organizaciones federadas en IU. Las llamadas federaciones tienen distintos grados de identificación con las tendencias principales.

La disputa en torno a la ordenación de la lista de IU para las elecciones europeas fue uno de los primeros momentos en que esta tensión se manifestó más claramente después de la X Asamblea. El conflicto en Madrid es, ahora, el punto sobre el que gira de nuevo.

Todo ello se expresa, en términos políticos concretos, en la distinta forma de entender las alianzas y la convergencia con otras fuerzas políticas y sociales para derrotar al Partido Popular.

Si en una primera fase la idea de la convergencia se aceptó casi unánimemente por toda la organización, aunque no fuera concebida exactamente del mismo modo por las diversas sensibilidades internas, en función de la pluralidad de matices y, sobre todo, de las dos grandes líneas de diferencia antes trazadas, fue la aparición de Podemos y su posterior crecimiento en las encuestas el hecho sobrevenido que dimensionó de modo claro cada una de las posturas acerca de cómo llevar a cabo la instrumentación concreta de dicha convergencia.

Lo que para la mayoría se traduce en una voluntad de formar coaliciones electorales con otras fuerzas, o como cauce para la participación de colectivos ciudadanos en las listas que se fueran formando, para otros podía servir para permeabilizar a IU dentro de listas formadas a través de la fórmula de agrupaciones de electores, u otras en las que la identidad o perfil propio no fueran incorporados expresamente a la experiencia unitaria que se generase eventualmente en cada ámbito concreto.

La dialéctica derivada del debate sobre alianzas tuvo su conclusión en la toma de decisiones por la presidencia federal, que situó la intervención electoral de IU en las diversas plataformas que se fueran constituyendo sobre la base del modelo de coalición electoral. Buena parte de ellas fueron apareciendo con el nombre o denominación de “Ganemos”.

En paralelo, el crecimiento espectacular de Podemos como fuerza política que puede ocupar el lugar del PSOE en peso electoral y de representación lleva a los principales líderes de la nueva fuerza a redefinir su incorporación a las iniciativas de convergencia, en lo que llaman “candidaturas ciudadanas”. Su presentación con lista propia en CCAA no está en duda en principio, pero el aterrizaje en las localidades todavía queda enterrado bajo el signo de la ambigüedad.

3.- En este contexto, ante una fuerza emergente con amplia capacidad de concitar un fuerte apoyo electoral a todos los niveles, el planteamiento de la convergencia en las condiciones diseñadas por IU sufre un fuerte impacto. Los términos del proceso se han modificado.

Así, Podemos y sus tácticas y estrategias se convierten en el motor de los posicionamientos internos en IU y el debate se desplaza de nuevo al papel y el status de IU en el tablero político español, ahora en un panorama radicalmente cambiante.

Para unos, la dinámica política se mueve inexorablemente hacia una amalgama de tendencias que confluirán en espacios electorales ciudadanos, en los que la canalización de la presencia en listas electorales y, por tanto, en la ulterior representación institucional, no se realizará por los partidos de izquierda existentes.

Para otros, el cambio de condiciones y el paso a la órbita de apoyo de Podemos de sectores muy amplios de las clases medias hacen incluso más indispensable que en otros momentos históricos la preservación de un sujeto político específico de la izquierda, con independencia de que dicho sujeto lleve o no a cabo, en función de las circunstancias de cada caso, acuerdos con otras fuerzas o espacios del ámbito progresista.

De nuevo la forma de abordar estos cambios, el debate de fondo, se entrecruza con otros fenómenos y conflictos que desafortunadamente se convierten, sea o no en contra de la voluntad de las partes, en cortinas de humo que ocultan la verdadera naturaleza política de los problemas.

Lo cierto es que hay una  parte de IU que defiende un modelo de confluencia con otras realidades políticas y sociales que se acerca en sus bases ideológicas y programáticas al marco teórico y analítico que han desarrollado los principales creadores de opinión que dirigen lo que hoy es Podemos.

Sobre este eje gravita el núcleo central de los problemas internos de IU.

Pero la cuestión es que en este año hay elecciones, andaluzas, municipales, autonómicas, catalanas, generales. No hay tiempo para otra cosa que no sea conseguir la unidad y seguir trabajando. Porque si no hay un punto de encuentro que despeje el camino de árboles que no dejan ver el bosque no hace falta decir lo que sucederá y sus consecuencias para la mayoría social trabajadora.

2 comentarios:

  1. De acuerdo, conseguir la unidad...pero si no es en Ganemos, ¿dónde? ¿con quíen? no sera con el psoe como en Andalucía ¿no?
    Fede

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  2. IU MADRID ya está rota, hace falta algo nuevo y con gente nueva para mantener las señas de identidad sin inmovilismos, mucha reflexión autocrítica también, aunque se reivindique la historia

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