lunes, 29 de diciembre de 2014

En este peculiar mes de diciembre de 2014

EN ESTE PECULIAR MES DE DICIEMBRE DE 2014

Hoy es nuestro quinto día de encierro, de este encierro que continuaremos hasta el próximo 4 de Enero de 2015.

Recuerdo otros tantos Diciembre , tan distintos, en mi caso empiezan con el aniversario de mis padres el día 8, 55 años ya compartiendo una vida, toda  una fiesta para la familia y un ejemplo para los nietos cuando ven, tras los inevitables escarnios de la edad, asomar un gesto del inmenso y profundo cariño que se tienen. Después de esa celebración tan personal, tan de nuestra familia, siempre seguía una semana casi de descanso antes de comenzar con la vorágine de preparativos de las esperadas…… NAVIDADES!!!

En mi niñez no conocíamos a Papa Noel,  y con suerte nos visitaba los Reyes Magos, recuerdo un años especialmente generoso, en los que al despertar el día 6 me encontré, con cochecito ocupado con una preciosa muñeca, y un escurreplatos, con sus platos y vasos de plástico de colores. Cuando salimos todos los críos al patio que compartíamos a presumir de lo bueno que habíamos sido y de los regalos que nos habían dejado los Reyes, a la hija de una vecina, apenas le habían traído unos caramelos, y mi padre que dijo: Tienes que regalarle algo, mira pobre Merche que no le han traído nada, pero porque??! Le contestaba yo incrédula ante tal proposición, no ves papa que si no le han traído casi nada es porque es malísima! Ante la insistencia de mi padre, y después de mirar, pensar, volver a pensar, y volver a mirar, tome una de las decisiones más duras de mi vida, decidí regalarle mi escurreplatos, mi ansiado y deseado escurreplatos. Ella se encargó durante mucho tiempo, de ponerse a jugar delante de mí, y de restregarme una y otra vez,  que ella tenía un hermoso escurreplatos con el que se lo pasaba divinamente, porque una tonta se lo había regalado y se había quedado sin él. Sabia yo que si  no le traían nada los Reyes por algo seria!.... (mala pécora!).

Supongo que con el paso de los años, a todos nos pasa un poco lo mismo, llega la añoranza, el recuerdo  de tiempos pasados, la tristeza por la ingenuidad  perdida, el vacío de los que amamos que ya no están. Con suerte son los hijos, los sobrinos, los que nos hacen recuperar la ilusión, la fe, la alegría de la inocencia y de los sueños de estos días de cualquier otro
Diciembre.

Este está siendo distinto, muy distinto, ayer fue masiva la asistencia de familiares a visitarnos aquí en la Central, hijos, padres y madres, hermanos, sobrinos que están sufriendo  por vivir unas navidades sin nosotros, encerrados aquí luchando en el siglo XXI por nuestros puestos de trabajo. Me impresionó mucho el llanto de la madre de un compañero, que a sus ochenta año está reviviendo el encierro que entonces, hace más de 50 protagonizó su marido encerrado en la mina de Peñarroya luchando y peleando por lo mismo que ahora, por un puesto de trabajo, por la dignidad que todo ser humano empieza a perder, cuando se le trata como a un número, con estadísticas, con cuentas de debes y haberes, cuando su futuro y el de su familia, su vida se decide en un balance de cuentas, en alguna reunión de Consejeros Delegados de alguna importante y brillante empresa.

Me llamó mi padre, que por su estado de salud, no se atrevió a venir a verme, y me dijo que en el 61 a él  también le tocó encerrarse en la mina y lo que jamás imagino es que su hija, cincuenta años después, tuviese que vivir lo mismo, y a través del teléfono sentí su ahogo por reprimir el llanto. No es igual, afortunadamente, vemos el sol, o nos bañamos en la espesura de la niebla cuando a las 10 como cada día de hace seis meses salimos a pitar y a cortar la carretera,  estamos juntos, intentando sacarnos una sonrisa los unos a los otros y estamos bien, papa ¡estamos bien! ¡Qué le vas a decir a un hombre de 81 años que descubre que hay luchas que el tiempo no cambian!

Para su generación  son tremendamente familiares  la negrura del carbón, palabras como: silicosis, grisú, derrumbamiento, galería, muerte, sirena. No entiende la tecnología de Gasificación Integrada en un Ciclo Combinado, ni lo que es la captura de CO2, ni los premios internacionales a la investigación y el desarrollo. No entienden que una empresa cuya tecnología es para “PRESUMIR”  a nivel nacional e internacional, ¡permitan que se cierre! No ellos no lo entienden ¡no pueden entenderlo!.........ni nosotros tampoco!

Ayer vi llorar también a compañeros a los que quiero, a los que abracé, mi compañera “del alma” me susurraba: ¡qué vamos a hacer, dónde vamos a ir si para empezar ya somos viejos!

Duros, están siendo días duros, intentamos ocuparlos con pancartas de navidad, con paseos por la central, con la invención de villancicos que nos metan como protagonistas del portal, acompañantes de reyes magos. No nos olvidamos de langostinos, de jamón, del buen queso manchego. Estamos redescubriendo conceptos: amistad, compañerismo, lealtad, unión, coherencia, lucha, honestidad….. creo que es un bonito legado que nuestros hijos están aprendiendo también, pero no por definiciones de diccionario, sino porque lo están viviendo con nosotros.

Y llega la noche, y cada uno busca descansar, en el hueco que dejan dos mesas en un despacho, en los talleres, en las viejas oficinas, donde el frío entra a raudales. Con la oscuridad del día que se va, llega la soledad, el cansancio, la tristeza, la añoranza de los tuyos. Hoy día 26, y ahora que comparto todo esto, es la primera vez que lloro, dejadme hacerlo porque no es de pena, quizás si de cansancio, pero estoy  contenta, muy muy orgullosa de cada uno de los que están aquí, de cada una de sus anónimas historias personales cargadas de renuncias importantes en estos días,  porque aquí esta quien quiere estar, ¡qué es quien cuenta!, estoy orgullosa de nuestra lucha licita, ¡digna! ¡LO CONSEGUIREMOS!,  ¡conseguiremos que este peculiar diciembre nos arranque una y nostálgica sonrisa! ¡¡¡¡CONSEGUIREMOS!!!!

Ánimo COMPAÑEROS. ¡ELCOGAS NO SE CIERRA!

Una más de las/os encerrados en ELCOGAS este peculiar DICIEMBRE de 2014

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