lunes, 10 de septiembre de 2012

Y DESPUÉS DEL BIPARTIDISMO, ¿QUÉ? (I)


El EASHA (Equipo de Análisis Sociológico Habitual de Argumentos) nos sorprende con un trabajo que se sumerge en las profundidades de las agitadas aguas electorales desencadenadas por la crisis en nuestro país. Las preguntas que aparecen tras un análisis de los datos que nos brindan las investigaciones demoscópicas nos elevan a mayores vuelos políticos. ¿Estamos ante un copernicano giro electoral en ciernes?. Nuestro equipo, con la lucidez teórica que lo caracteriza, nos da pistas en esta importante temática, que se desarrollará en varias entregas durante los próximos días. Ahí va la primera. 

Y DESPUÉS DEL BIPARTIDISMO, ¿QUÉ? (I) 

Los efectos devastadores de la crisis en la sociedad griega han provocado el desplome electoral del Pasok y en menor medida de Nueva Democracia, al tiempo surge como segunda fuerza la izquierda transformadora representada por Syriza. Esta fotografía produce escalofríos en el bipartidismo español.

El hundimiento del PSOE en las últimas elecciones generales de noviembre del 2011, así como la mayoría absoluta en diputados alcanzada por el PP (aunque en este caso la victoria fuera pírrica en cuanto a crecimiento de votos) se podría explicar en lo que al PSOE respecta por su apuesta de campaña por un programa y discurso tirando la toalla (“poco más podemos hacer”), y por el lado del PP en un eje de campaña basado en la negación de que el manejo de la situación económica tuviera como consecuencia recortes en el salario directo y en el indirecto, subidas de impuestos y despojo de derechos arduamente conquistados.

La confluencia de estos dos factores ha puesto de relieve, tanto para los gabinetes de estrategia de los grupos empresariales-financieros como para los estrategas de los partidos bipartidistas, la pregunta que encabeza este trabajo. Y ya casi nadie cree que su contestación se pueda despachar con respuestas cargadas de suficiencia del tipo “…es la serpiente de verano política de los últimos años…”.

En este artículo intentaremos aportar algunas evidencias demoscópicas junto con otras previsiones no demostrables empíricamente a fecha de hoy, estas últimas creemos que guiadas por el sentido común.

¿Cuál ha sido la evolución electoral del PP y del PSOE desde la irrupción de la “crisis”?

Para contestar a esta pregunta analizaremos indicadores directos y sintéticos que han demostrado su consistencia interna durante toda la serie histórica de los barómetros del CIS, sin cocina y sin plantear hipótesis para realizar estimaciones.

En primer lugar, cabe afirmar, como diría el clásico, que el proceso de recuperación de la tasa de ganancia mediante la devaluación interna está produciendo irritación, movilidad, desesperación, desamparo, incertidumbre, dolor y básicamente desorientación y desafección entre las mayorías electorales que sustentan el bipartidismo.

En estas condiciones las estimaciones están trufadas de buenos o malos sentimientos, que intentan conformar o deformar la realidad, pero la explican muy parcialmente.

INDICADORES DIRECTOS

Primer indicador, la intención de voto directo, es decir, los incondicionales de cada partido u organización presente en la contienda electoral.
Gráfico de la serie de la intención de voto en elecciones generales - PP/PSOE

El PP presenta la intención de voto más baja de toda la serie y apunta al desplome, parece preso del síndrome suicida seducido por la visión del abismo, “haré lo que tenga que hacer, aunque sea lo contrario de lo que dije que iba hacer” (Rajoy).

El PSOE tiene la intención de voto más baja de toda la serie del CIS, salvo los barómetros de abril y julio del 2000 (marcados en circulo en el gráfico), que alcanzaron valores muy similares a los actuales. En aquellas fechas sus votantes de centro buscaron “el giro al centro" proclamado por Aznar que dio lugar a la mayoría absoluta de marzo del mismo año. Ahora bien, la diferencia fundamental con la situación actual es que en el año 2.000 se produjo un trasvase de votantes del PSOE hacia el PP, que fortalecía la alternancia, y hoy no se observa este balance entre ambos partidos. El PSOE ya ha experimentado la atractiva sensación que debe producir el abismo en el suicida, "voy a seguir mi camino, me cueste lo que me cueste” (Zapatero).

Desde el 2011 la intención de voto de los dos partidos-bipartidistas se anudan en su declive sin compensarse mutuamente. Es el comportamiento de dos senderistas muy educados, que permanentemente se ceden el paso uno al otro pero con el convencimiento mutuo de que no hay otro camino por el que poder transitar, “usted primero…no, por favor…usted primero..”

Otro indicador directo, el de la abstención, se encuentra en la tasa más alta de toda la serie histórica, un 22,3 %, lo cual confirma la conclusión que se desprende de los datos anteriores. El descredito de los dos grandes partidos para encarar la crisis de forma creíble aumenta.

Equipo de Análisis Sociológico Habitual de Argumentos

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